El sofá es uno de los muebles más importantes que podemos encontrar en cualquier hogar y uno de los que más uso se le da de manera habitual. De hecho, se suele ubicar en el salón, lugar donde solemos pasar la mayor parte de nuestro tiempo libre cuando estamos en casa.
Por ejemplo, nos sentamos en él cuando necesitamos descansar un rato o cuando queremos ver nuestras series y pelis favoritas. También es el lugar donde nos sentamos a charlar con nuestros amigos o familiares cuando están de visita. En definitiva: no hay un lugar más cómodo en nuestra vivienda que el sofá.
Sin embargo, también es un mueble que es capaz de aportar personalidad a cualquier estancia, ya que puede ayudar a definir o establecer diferentes espacios en una misma sala. De hecho, existen muchos tipos de sofás, como los sencillos, de dos o tres módulos en línea, los rinconeros y los chaiselongue. De la misma manera, existen sofás con tapicerías de distintos materiales. Por ejemplo, los de tela, los de pana o los modelos que son de piel.
Y, ya que hemos dicho que los sofás son uno de los muebles más importantes de la casa y que, por lo tanto, se usan muy a menudo, lo cierto es que también es bastante fácil que se ensucien y que se estropeen con el paso del tiempo. Recuerda que, en el sofá nos sentamos a comer y pasamos muchas horas sentados. Específicamente, es mucho más fácil que su tapicería se estropee cuando hay muchas personas en el hogar y en aquellas viviendas en las que hay niños y mascotas.
Aunque es inevitable que, con el paso del tiempo, el sofá se ensucie y se vaya deteriorando, es posible alargar su vida útil gracias a un correcto mantenimiento y limpieza. Por ello, en este artículo nos vamos a centrar en cómo mantener en buen estado un sofá de piel. Son muchos los aspectos que debes tener en cuenta para hacerlo, por lo que te recomendamos seguir leyendo para obtener más información.
Aspirar el sofá es fundamental
Un sofá de piel suele ser sinónimo de un mueble de buena calidad. Aunque suelen ser sofás que disponen de materiales excelentes y que gozan de una larga vida útil, lo cierto es que podemos hacer que duren más tiempo si los limpiamos correctamente.
Sin embargo, antes de entrar directamente a limpiar su tapicería, lo cierto es que es necesario aspirar su superficie. Recomendamos aspirar todos los rincones utilizando el cabezal más adecuado para cada uno de sus recovecos.
De esta manera, conseguirás retirar todo el polvo y los restos de suciedad que se van acumulando con el paso del tiempo. Recuerda que es aconsejable que repitas la operación cada cierto tiempo para evitar que la suciedad se siga acumulando. Con hacerlo, por ejemplo, una vez cada mes, es suficiente.
Limpiar la superficie del sofá de piel con un paño húmedo
Si no sabes cómo mantener en buen estado un sofá de piel debes saber que las tapicerías de tela no se llevan bien con el exceso de humedad ni con los productos abrasivos. Partiendo de esta base, te diremos que debes realizar una limpieza en profundidad de manera periódica para mantenerlo en perfectas condiciones.
Lo más recomendable es escoger un paño limpio y humedecerlo ligeramente con una mezcla de agua destilada y jabón neutro. Asegúrate de que el paño no se encuentra mojado, sino un poco húmedo, ya que, como hemos advertido antes, las tapicerías de piel se deterioran con el exceso de humedad.
Es recomendable realizar movimientos circulares para ir arrancando la suciedad que se encuentre en su superficie. Insiste en las esquinas y en aquellos lugares de difícil acceso, que es donde el polvo y la suciedad se suelen acumular en mayor medida. Cuando hayas terminado, elimina el exceso de humedad con otro paño seco para evitar que la tapicería se estropee.
Recuerda que los productos químicos abrasivos no son recomendables para la limpieza de un sofá con tapicería de piel. Entre ellos, no deberías usar alcohol, lejía, salfumán o amoniaco, ya que podrías causar manchas y decolorar la superficie, puesto que el material sufre con estos productos. Lo mejor, por lo tanto, es usar agua destilada con jabón neutro. De esta manera podrás mantener este tipo de muebles en buenas condiciones.
Secar y abrillantar la superficie del sofá tras la limpieza
Como hemos comentado, cuando termines de limpiar la superficie de un sofá de piel con un paño húmedo, es recomendable secarlo con un paño seco y limpio, preferiblemente de lana. De esta manera, conseguirás matar dos pájaros de un tiro: secarlo y sacarle brillo para que luzca como el primer día. Debes pasar el trapo por toda la superficie realizando movimientos circulares para abrillantar toda la superficie.
Asimismo, existen kits de limpieza y productos especializados que se pueden aplicar para darle un acabado más profesional. Sin embargo, sobre este tipo de materiales conviene no aplicar materiales a la ligera, sino que es mejor consultar al fabricante sobre los productos más adecuados para no dañar su superficie.
Mantener bien hidratada la tapicería de piel
Si estás pensando en cómo mantener en buen estado un sofá de piel para garantizar su durabilidad y su vida útil, es necesario que sepas que debes hidratar la tapicería para mantener su elasticidad. Lo más recomendable es utilizar una crema hidratante para tapicería de sofás de piel. Es recomendable no abusar de su uso, sino que debes aplicar dicha crema, como mucho, de dos a cuatro veces al año, especialmente en los meses de verano, cuando aprieta el calor.
Aplicar una crema hidratante para este tipo de tapicerías, le aportará al sofá un brillo más intenso y creará una barrera protectora que hará que la suciedad y las manchas no se incrusten. Para aplicarla, debes hacerlo frotando su superficie con un paño húmedo y seco. Se debe aplicar con movimientos circulares para asegurarse de que el material la absorbe. Insiste, además, en aquellas zonas de difícil acceso para que todas las zonas reciban la misma cantidad.
Protege el sofá del calor y de la incidencia de los rayos solares
Es importante saber que los sofás con tapizado de piel no reaccionan bien ante las fuentes de calor ni ante la incidencia directa de la luz del sol. Ambos casos deterioran el material a medio plazo, ya que tienden a perder su color con el tiempo. Esto se debe a que las pieles son muy sensibles a los rayos solares.
Por ello, no recomendamos situar este sofá muy cerca de aquellas ventanas por las que pase la luz del sol de manera directa. De hacerlo, la tapicería, además de perder color, se puede resecar muy fácilmente, perdiendo su elasticidad y resquebrajándose. Así, evitando colocarlo en determinadas ubicaciones, es una buena manera de mantener este mueble en las mejores condiciones y alargar su vida útil.
Ahora que sabes cómo mantener en buen estado un sofá de piel, sólo te queda seguir nuestros consejos para evitar su deterioro. De esta manera, podrás disfrutar de tu mueble de primera calidad durante un periodo de tiempo mucho más largo. Esperamos que este artículo te haya servido de ayuda y que hayas aprendido más sobre la limpieza y el mantenimiento de este tipo de mobiliario del hogar.