Los sofás rinconera son uno de los sofás más grandes que existen. Estos están pensados, sobre todo, para los grandes salones, chalets y bungalós. Se trata de sofás que suelen tener una gran cantidad de asientos, por lo que son muy recomendados para las personas sociables a las que les gusta compartir tiempo con sus amigos y familiares, y proporcionar gran comodidad y confort a las visitas. Ahora bien, no todos los sofás rinconera son iguales ni tienen las mismas prestaciones. Al igual que ocurre con el resto de los sofás, estos últimos deben cumplir con ciertas características para que ofrezcan la mayor comodidad posible y también para que su vida útil pueda alargarse lo máximo posible y en las mejores condiciones.
En este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber para elegir adecuadamente un sofá rinconera —ya sea un sofá rinconera grande, un sofá rinconera pequeño o un sofá rinconera modular, entre otros—. Te recomendamos que sigas leyendo para más información.
¿Qué es un sofá rinconera?
Lo primero que debemos hacer, antes que nada, es aclarar qué es un sofá rinconera. Por lo general, cuando hablamos de este mueble nos referimos a un sofá que tiene la misma cantidad de asientos en un lado y en otro, como si fueran dos de los lados de un cuadrado. Aunque también los podemos encontrar en varias formas, como los sofás rinconera con forma de “U” o aquellos que son similares a los chaise longue, pero más grandes… Por lo general, los sofás rinconera son muebles de grandes dimensiones, la función de estos es ampliar el número de asientos para las reuniones sociales. Además, la disposición tradicional de los asientos facilita la interacción y la comunicación entre los anfitriones y las visitas. Estos muebles pueden estar hechos de varios materiales —o tapizados—, como el sofá rinconera de piel, el sofá de chenilla, el de algodón, el de microfibras, el de polipiel o el de loneta, entre otros —a continuación, lo vemos con más detalle—.
Las dimensiones del sofá rinconera
Hay que tener claro que los sofás rinconera están pensados para salones de grandes dimensiones. Es decir, para viviendas espaciosas en las cuales la incorporación de uno de estos muebles no consuma todo el espacio disponible o no cree una sensación de abarrotamiento. Por lo general, antes de comprar un sofá rinconera, tendremos que fijarnos en el espacio que tenemos disponible y en la cantidad de plazas que queremos que tenga. Por ejemplo, dos asientos en cada lado, o dos y tres —para un sofá rinconera pequeño—; o más de tres asientos en cada lado —para un sofá rinconera grande—. Ten en cuenta que el sofá rinconera, como su nombre indica suele ir instalado en uno de los rincones del salón. Ahora bien, si disponemos de mucho espacio, podemos optar también por colocarlo en el centro del mismo, junto a la mesa de centro.
Los sofás rinconera modulares son también una excelente opción para aprovechar el espacio. Estos nos permiten ir adaptando el mueble en función de las visitas y de nuestras necesidades. Por ejemplo, si queremos utilizarlo para tumbarnos en él, o si queremos ampliar el número de asientos. De esta forma, podemos conseguir también que el sofá se adapte al espacio que tenemos.
Prestaciones del sofá y su comodidad
Cuando elegimos un sofá rinconera o cualquier otro mueble, lo primero en lo que debemos fijarnos es en la comodidad que proporciona. Existen varios trucos que tenemos para comprobarlo. Estos son:
- La altura de los pies: Siempre, cuando compramos un sofá rinconera, debemos asegurarnos de que los pies nos lleguen al suelo. Si los pies se quedan colgando a la larga resultará molesto, además, la presión que se ejerce sobre las piernas puede no resultar saludable.
- Sujetar la cabeza: El sofá debe sujetar la cabeza cuando nos sentamos en él. Si tenemos que hacer un esfuerzo por mantener nuestra cabeza firme cuando estamos sentados en el sofá, entonces lo mejor es que busquemos otro mueble.
- No empujar: El sofá debe ser acogedor y reconfortarle. Es decir, debe atrapar en lugar de dar la sensación de que nos empuja para que nos levantemos. Esto lo podemos comprobar al sentarnos en él. Por supuesto, influyen los gustos y necesidades de cada persona.
- Otras prestaciones: Otras prestaciones que determinan la comodidad que proporciona el sofá son la posibilidad de optar por muebles con respaldos deslizantes y reposabrazos o reposapiés abatibles.
La calidad de la estructura, relleno y tapizado del sofá rinconera
Para elegir un sofá de calidad hay que tener en cuenta tres partes fundamentales de este mueble. Estas son la estructura —o soporte del sofá—, el relleno y el tapizado. Debes tener en cuenta que la calidad del sofá no solo influye en la vida útil del mueble y su desgaste a lo largo de los años, sino también en la comodidad que proporcionan. Al comprar un sofá rinconera —independientemente de que sea un sofá rinconera de piel o uno de algodón—, debes elegir un mueble con una estructura resistente, hecha de madera maciza. Para saber si la estructura es de calidad presta especial atención al grosor de esta y opta por las más gruesas. Ello te garantizará que el sofá dure muchos más años, al menos la base.
Lo siguiente que debes tener en cuenta para comprar un sofá rinconera en fijarte en la densidad de la espuma —el relleno del sofá—. Nuestra recomendación es que optes por rellenos de 30 y 35 Kg/m3 o más. Ten en cuenta que cuanta mayor densidad, mayor calidad. Ahora bien, más densidad no significa más firmeza, podemos encontrar espumas con una densidad elevada, pero una firmeza baja. Por último, fíjate en el tapizado. Como comentábamos más arriba, hay muchos tipos de tapizados. Como es obvio, un sofá rinconera de piel es mejor que uno de polipiel, pero este no tiene por qué ser mejor que otro —todo varía en función de las necesidades y del uso—. También podemos encontrar tapizados antimanchas que resultan muy útiles en caso de tener hijos o mascotas. Lo que debes hacer es elegir un tapizado acorde al resto de componentes del sofá, ya que si no lo haces así es posible que la estructura y la espuma se conserven mejor, pero te toque cambiar el tapizado con el paso de los años y, al final, te compense más comprar un sofá rinconera nuevo.