A grandes rasgos, podemos decir que la decoración de interiores es una disciplina mediante la que podemos diseñar y decorar el espacio de las estancias que se encuentran en el interior de los edificios. El objetivo de esta disciplina es buscar y encontrar una combinación perfecta entre funcionalidad y estética. no es un asunto trivial, ya que nos afecta en el día a día, ya sea en el trabajo o en nuestro hogar, porque la decoración de interiores busca crear ambientes agradables y acogedores, que reflejen la personalidad y el estilo de vida de las personas que habitamos estos espacios cerrados.
Es una disciplina muy importante, ya que se va adaptando a los cambios de estilo que imperan en cada época, sin que apenas nos demos cuenta. Esto se debe a que, a lo largo de la historia, el diseño de interiores ha evolucionado junto con la evolución de la casa, de las distintas soluciones de vivienda y de otros espacios.
Por ello, no tienen nada que ver las casas, los palacios y los castillos medievales con las casas modernas y los apartamentos increíblemente cómodos de los que disfrutamos en la actualidad. Como consecuencia, podemos decir que cada época ha dejado su huella en cuanto al interiorismo, dando lugar a estilos y tendencias únicas que han reflejado el contexto social, cultural y económico de su época.
Así pues, en este artículo, te vamos a llevar en un viaje a través del tiempo para mostrarte cómo el diseño de interiores ha evolucionado y se ha adaptado a los cambios que han ocurrido en la sociedad. Desde las casas de una sola estancia hasta el estilo escandinavo, pasando por la opulencia del barroco, vamos a mostrar cómo ha ido evolucionando la decoración para satisfacer las necesidades y gustos de cada época.
El origen de la decoración de interiores en la Prehistoria
En primera instancia, podemos considerar que el origen de la necesidad del ser humano por dotar a los interiores de un sentido decorativo se encuentra en las pinturas rupestres de la Prehistoria. De hecho, los primeros hogares del ser humano fueron las cuevas, aunque, con el tiempo, se fueron abriendo paso a distintas opciones constructivas, como, por ejemplo, pequeñas chozas elaboradas con ramas y hojas.
Poco a poco, estas se fueron haciendo más complejas, utilizando otros materiales, como, por ejemplo, el barro, la piedra, la madera o la paja para proporcionar cobijo a las personas y resguardarlas de los elementos, como la lluvia o el sol. Sin embargo, es probable que las primeras decoraciones de diseño de interiores se hicieran con finalidad religiosa y ritual y no con la intención de dotar a los interiores de una estética determinada.
La decoración de interiores en la Antigüedad
Ahora bien, ya dentro de la historia, distinguimos a diferentes civilizaciones, como la egipcia y las mesopotámicas (Sumerios, Acadios, Babilonios y Asirios) ya decoraban el interior de las pirámides, mastabas y templos con pinturas, relieves y esculturas.
Otras civilizaciones, como la griega y la romana crearon casas con distintas estancias con funciones diferentes para garantizar la comodidad incluyendo el mobiliario. En esta época ya se decoraba con función estética, pero la prioridad todavía era garantizar la utilidad y la funcionalidad de cada mueble en cada estancia. No obstante, recuerda que fue en esta época cuando se desarrolló el gusto por el arte y por la belleza, a los que los griegos bautizaron, respectivamente, con los nombres de téchne y de kalón.
La decoración de Interiores en la Edad Media
Si hablamos de la decoración de interiores en la Edad Media, tenemos que hablar del diseño de las distintas estancias de los palacios y de los castillos, es decir, las de las clases privilegiadas, ya que los hogares de los no privilegiados solían ser casas humildes de una sola estancia en donde todos los elementos del mobiliario estaban pensados para cumplir una función determinada sin tener demasiado en cuenta la estética.
No obstante, en los castillos y en los palacios, ya observamos un amplio despliegue de mobiliario con un sentido estético importante que se fue agudizando con el paso del tiempo, a través del Románico y del Gótico hasta florecer en el Renacimiento Italiano, con muebles diseñados en los talleres de los mejores artistas de cada época.
De hecho, se considera que fue en este momento cuando surge la idea de interiorismo en el sentido actual y gracias a lo que, hoy en día, puedes elegir distintas opciones en nuestro amplio catálogo de sofás, que puedes encontrar en la web de SofaClub.
La decoración de interiores en la edad moderna
La Edad Moderna tiene su inicio en el siglo XV, durante el renacimiento, pero su impacto en la decoración de interiores, tendría lugar con un poco de retraso. Como hemos mencionado, en la historia de la decoración de interiores, los gustos van cambiando dependiendo de la época y el equilibrio y el orden del Renacimiento se convirtió en un manierismo que derivó en un estilo más recargado: el Barroco y, posteriormente, el Rococó.
Son estilos en los que se desarrollan muebles de alta calidad y que cuentan con una decoración que lo inunda todo con motivos vegetales, con relieves esculpidos en madera e incluso con la adición de materiales de alta calidad, como el oro, la plata o el mármol, entre otros.
De alguna manera, podemos decir que esta época es la que ha dado origen al estilo clásico que conocemos hoy en día. En esta época fue cuando se empezaron a utilizar los tocadores, los sifonieres y las cómodas, así como los muebles que puedes encontrar en la sección de recibidores con la que contamos en SofaClub.
La decoración de interiores en la edad contemporánea
Con la Revolución Industrial se inició un camino que tendría repercusiones directas en la historia de la decoración de interiores en la Edad Contemporánea, que arrancó en 1789 con la Revolución Francesa. Esto se debe a que se introdujeron nuevos materiales y las nuevas técnicas de fabricación en serie, que afectaron a las formas de los elementos decorativos. De esta manera, el interiorismo se “democratizó”, llegando a todas las clases sociales e incluso a las casas más humildes.
En la actualidad, podemos decir que esta corriente decorativa se puede encontrar en el estilo industrial, ya que se empezaron a fabricar muebles con materiales más económicos, como el hierro y el acero, que los hacían mucho más resistentes y permitía la combinación con otros, como la madera e incluso con textiles. De hecho, gracias a ello, en el siglo XVIII surgieron los espejos para el hogar más o menos como los conocemos hoy en día. Si te interesan, en SofaClub puedes encontrarlos en nuestra sección de espejos decorativos.
La decoración de interiores en la actualidad
A lo largo del siglo XX la decoración de interiores, además de tratar hacer que las estancias sean estéticamente agradables, también se ocupa por facilitar la funcionalidad de los mismos y promover el bienestar y el confort de aquellas personas que ocupan estos espacios. Por ello, aunque mezclados con el estilo clásico y el industrial, han ido surgiendo distintos estilos en la decoración de interiores relacionados con la evolución de los movimientos sociales y con el cambio de la manera de pensar, pero fuertemente vinculados con las vanguardias artísticas.
Entre ellas, podemos citar, por ejemplo, el radicalismo, el pop art, y, en la actualidad, el estilo minimalista. De hecho, esta idea se puede observar en el estilo nórdico, que consigue hacer que la estética se encuentre en las formas geométricas más simples, pero otorgándole un tono cálido a las estancias de interior con el uso de tonos neutros, como el beige, el blanco o el gris, y la instalación de cortinas y sofás de este tipo de tonos.
A lo largo de este artículo hemos visto cómo ha evolucionado la decoración de interiores y los cambios que ha experimentado dependiendo de la época, reflejando cambios sociales, culturales y tecnológicos. Desde las pinturas rupestres en cuevas hasta la estética minimalista contemporánea, cada época ha dejado su huella en cómo diseñamos y decoramos las estancias de nuestro hogar.
Por lo tanto, podemos decir que la decoración de interiores no solo es únicamente expresión estética, sino también un testimonio de la evolución de la sociedad y sus valores a lo largo del tiempo, creando ambientes que no sólo son visualmente atractivos, sino también funcionales y con un significado determinado.